Ofrenda de Acción de Gracias
por Jaime Siman

 El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra
Y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios

Salmo 50:23

Gracias Señor por la vida, tú me la has dado.
Gracias Señor, tú en la cruz me has amado.
Gracias Señor, te has vestido de compasión y fidelidad.
Gracias Señor, me has colmado de pasión y bondad:

Un Nombre al que clamar.
Nombre sobre todo nombre.
Nombre accesible a todo hombre.
Un Nombre poderoso para salvar.

Tu consuelo y tu amor, no tienen igual.
Tu luz y tu verdad, me protegen de todo mal.

Tu grandiosa promesa, nadie puede impedir;
llena de tal esplendor, nadie la puede concebir.
Maravillosa promesa que nadie puede estorbar;
un día su cumplimiento mi alma ha de celebrar.

Oh, amor tan sublime y perfecto;
amor que satisface, profundo y recto.
Amor que nunca se esconde, sincero y abnegado;
amor que nunca da la espalda, verdadero y anhelado.

Amor que su mirada cerró
a lo repulsivo de mi engañosa, sucia y baja condición.
Increíblemente me estimó,
del lodo levantándome con arrebatada pasión.

Hay una gloriosa fuente que del Calvario emana;
fuente que me rescata de una vida vacía y vana.
Es una gloriosa fuente… todo mi pecado lava,
Digno me hace, al Creador puedo llamar ¡Abba!


Esa fuente me ha limpiado para ser templo santo;
Esa fuente me ha convertido en morada del Espíritu Santo.

Oh Gracias mi Dios, mi Buen Salvador;
Oh Gracias mi Rey, mi Buen Señor.
Gracias mi Fiel Amigo, mi Hermano Mayor;
Gracias mi Buen Pastor, Poderoso Redentor.

Oh Gracias Increíble Creador; Príncipe de Paz,
Grandioso Abogado, Defensor Capaz.

Gracias mi Padre Amado, mi Consejero Estimado;
Gracias mi Jesús, mi Mediador Sacrificado.

Gracias mi Precioso Dios, por brindarme el Camino al trono de gracia y favor,
Gracias por trazar el Camino al Trono de perdón, infinita misericordia y valor.

Gracias mi Dios por esa Puerta Franca, que todo ángel del cielo exalta;
Gracias por tu Hijo Amado, el Cordero sin Mancha, Puerta Preciosa y Santa.
Gracias por la Puerta abierta en primavera y otoño, invierno y verano,
día y noche, entre confusión y batalla, Puerta Directa, abierta no en vano.

Gracias Dios mío.
Gracias Señor mío,
Gracias mi Salvador,
Gracias mi Amado Redentor.

No hay palabras que puedan adecuadamente tu grandeza expresar;
No hay palabras que puedan el agradecimiento de mi corazón reflejar;
Recibe pues mi rendido, y por tu amor encantado, corazón;
Sea aceptable ofrenda; de mi amor agradable expresión.

Jaime Simán
Enero 14, 2008 - Rev Enero 15, 2008