ADAPTACIÓN VS. EVOLUCIÓN

Adaptación No Es Evolución

Conversaba recientemente con un catedrático universitario autor de varias obras académicas, una reconocida personalidad en su campo, a quien me acababan de presentar. Me mencionaba que tal vez Dios había usado evolución para formar las especies.

En la conversación pudimos discutir la diferencia entre evolución y adaptación, dos cosas muy distintas. Adaptación, un rotundo ¡Sí! Evolución, un rotundo ¡No!

Con gran agrado pude ver a este hombre brillante, pausar y reconocer la diferencia, y aceptar que lo que vemos en la naturaleza es adaptación no evolución. Un hombre brillante, con la humildad suficiente para ¡seguir aprendiendo!

Al Dr. Randy Guliuzza no le agrada el término “Selección Natural”. Y es que, tal como él observa, la naturaleza no es una persona con capacidad de seleccionar nada. Lo que realmente ocurre es que Dios creó cada tipo de organismo con una diversidad genética amplia en los padres originales. Cada descendiente recibe una mitad de sus genes del padre, y la otra mitad de la madre. Dependiendo de la combinación de genes que reciba, así serán sus rasgos particulares dentro del tipo creado. Las expresiones genéticas que son favorecidas por ciertos ecosistemas son las que sobreviven en dichos medios ambientes, otras combinaciones genéticas prosperarán en otros ecosistemas.

La variedad genética no es casual, fue diseñada desde un principio con el propósito de mostrar variedad y preservar los tipos. Y en el sentido estricto de la palabra, la causa no es Selección Natural. Como dice el Dr. Guliuzza, no es lo mismo decir que la lluvia produjo el paraguas, a decir que debido a la lluvia sacaste el paraguas que tú tenías para no mojarte en esos días de lluvia. En el primer caso se le da crédito (el paraguas) a algo impersonal (la lluvia) y a la casualidad (no se reconoce que el paraguas es resultado de diseño con propósito), en el segundo caso se reconoce el diseño específico por un ser inteligente (el paraguas diseñado por un ser inteligente) con el propósito de proteger a la persona en caso de lluvia (la condición específica para la cual fue diseñado el paraguas).

En resumen, el término “Selección Natural” le roba el crédito al Creador. Dios ha creado una piscina genética amplia en cada tipo para asegurar su preservación al producir variaciones compatibles con distintos ecosistemas.

Ejemplo de Adaptación: La Polilla Moteada Biston Betularia

El fenómeno de la polilla moteada Biston Betularia, observado en Ingaterra en los siglos XIX y XX, nos sirve para ilustrar la diferencia entre “adaptación” y “evolución”. Contrario a lo que se ha hecho creer en el pasado, presentándose equivocadamente como una prueba de Evolución, este fenómeno es un excelente ejemplo de adaptación. Veamos a continuación.

En el siglo XIX los árboles en los bosques de Inglaterra, tenían sus cortezas cubiertas de un parásito, un tipo de hongo, un liquen blanco. Para los pájaros era muy fácil notar las polillas oscuras en el trasfondo blanquecino. Como resultado, éstas se convertían fácilmente en su comida. Las polillas claras, en cambio, se confundían con su trasfondo claro, y eran más difícil de notar. La combinación genética más común fue, pues, la de polillas claras.

Con la contaminación causada por el crecimiento industrial del Siglo XX, los líquenes blancos que cubrían la corteza de los árboles desaparecieron, siendo remplazados por hollín industrial negro. El color más favorable para las polillas, la mejor protección ante los pájaros, pasó a ser del claro al oscuro. La combinación genética predominante pasó entonces a ser la de las polillas oscuras.

Lo que vemos es una muestra contundente de preservación de la especie por adaptación, no de evolución. Los genes estaban ahí desde el principio en las polillas. No hubo evolución de nuevos genes. Las combinaciones genéticas que predominaron al principio y al final dependieron del medio ambiente. Al principio fueron las blancas, al final fueron las polillas oscuras las que predominaron.

Adaptación es parte del diseño y creación de Dios para proveer un universo estable y lleno de variedad y hermosura para disfrute de su habitante principal, el ser humano, quien fue creado a su imagen y semejanza.

Es algo inconcebible, y una muestra de increíble ingratitud, el que los hombres busquen las explicaciones más absurdas con tal de no darle crédito ni gloria al Creador del Universo por sus obras maravillosas. Personalmente me identifico perfectamente con el salmista cuando lleno de asombro y regocijo escribió:

“Bueno es dar gracias al SEÑOR, y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu bondad, y tu fidelidad por las noches, con el decacordio y con el arpa, con la música sonora de la lira. Porque tú, oh SEÑOR, me has alegrado con tus obras, cantaré con gozo ante las obras de tus manos. ¡Qué grandes son tus obras, oh SEÑOR, cuán profundos tus pensamientos!” Salmo 92:1-5.

Nota: Esta artículo ha sido extraído y adaptado para esta publicación de la sección “Darwinismo y Otras Hipótesis” del libro “Génesis: El Origen del Cosmos y la Vida” por Jaime Simán © 2015 Jaime Simán. Las Escrituras Bíblicas fueron citadas de La Biblia de Las Américas. ©1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation. Usadas con permiso.