Neo-Darwinismo: La Evidencia dice ¡No!
El Darwinismo, la hipótesis de Evolución propuesta en 1859 por Charles Darwin en su obra “El Origen de las Especies”, se basó en que supuestamente las especies podían transmitir a sus descendientes las características que éstas habían adquirido en vida. Y luego, que las especies cuyas características no eran compatibles con el medio ambiente, o que resultaron ser inferiores a otras, desparecieron dando lugar a las especies superiores.
Pero todos sabemos que si un padre hace pesas y tiene fuerte musculatura, no por eso su hijo nacerá automáticamente con gran musculatura. La idea de que las características adquiridas se podían transmitir, por medio de pangenes, en el momento en que se apareaban las especies, desapareció por ser claramente falsa.
Ante el problema de los pangenes, el Darwinismo fue remplazado por el Neo-Darwinismo. ¿De dónde provienen las nuevas características? El Neo-Darwinismo proveyó la respuesta: Mutaciones Genéticas.
La naturaleza es escenario continuo de corrupción. Los rayos cósmicos, los elementos radioactivos en el suelo y las rocas, así como el efecto de sustancias químicas, el estrés ambiental, errores de duplicación y otros factores, causan cambios genéticos en las células. Los errores así introducidos al código original, se transmiten a los descendientes.
El que las nuevas características funcionales sean resultado de mutaciones genéticas no se ha comprobado científicamente. De hecho, todo lo que sabemos de la genética y de los organismos vivos, contradice este concepto. Veamos:
1– Un órgano nuevo requeriría una enorme cantidad de mutaciones nuevas, de generación en generación, en la dirección correcta, hacia la formación del nuevo órgano.
No pudiera haber mutaciones negativas que obstruyeran el desarrollo del nuevo órgano. ¿Una cantidad innumerable de mutaciones complementarias, todo por accidente? Creer eso es ¡absurdo!
2- Las mutaciones genéticas, por lo general, no son benéficas al organismo. De hecho, las mutaciones se conocen generalmente por la enfermedad que ocasionan.
El agujero en la ozonósfera, y los accidentes en plantas nucleares, causan mucho pánico. Sabemos el impacto de la radiación: las mutaciones genéticas horrendas que produce. Las personas afectadas por el accidente nuclear en Chernobyl sufren el horrendo y devastador impacto de las mutaciones causadas por dicho desastre. El daño a la planta nuclear de Fukushima durante el terremoto y tsunami que devastó el noreste de Japón el 11 de marzo del 2011, fue tratado con altísima urgencia. Un indicio del terror justificado que le tenemos a las mutaciones genéticas.
3– Si un animal experimentara una serie de mutaciones, de generación en generación, las desviaciones del diseño original se vuelven una seria desventaja.
Consideremos hipotéticamente a un reptil que empieza a sufrir mutaciones, de manera que sus patas se empiezan a deformar incrementalmente, de generación en generación, hasta que dejan de ser patas. Es más, supongamos que las patas fueran, por casualidad mágica, progresando gradualmente a convertirse en alas. Pues bien, mientras las patas no son alas completas, pero ya han dejado de ser patas funcionales, digamos que son “patalas”, el animal estaría en seria desventaja. Si un predador corre tras él para comérselo, no pudiera escapar: No pudiera correr, ni pudiera volar. Sería ¡fácil presa!
Louis Agazzis (1807–1873), Profesor de Zoología y Geología de la Universidad de Harvard, en una carta a Fritz Muller escribió: Lejos de haber sido atraído a la teoría Darwiniana, todos mis estudios y toda mi experiencia hasta ahora me han conducido en la dirección opuesta.”
En el artículo “Evolución y Permanencia de Tipo” publicado en The Atlantic Monthly en enero de 1874 Agazzis escribió: No es cierto que una pequeña variación dentro de generaciones sucesivas del mismo origen, va incrementándose hasta que la diferencia alcanza una distinción específica. Al contrario, es un hecho que variaciones extremas al final… como monstruosidades mueren, o regresan a su tipo.”
4– Pensar que algo tan complejo como el órgano de la vista, o el cerebro humano, se produjo por mutaciones genéticas casuales sucesivas es totalmente ilógico.
5– Los virus no son organismos vivos, son material genético, moléculas de ADN o ARN y proteínas, que al entrar en un organismo vivo toman control del sistema reproductivo de la célula, reproduciéndose y propagándose.
Es posible que un virus sufra mutaciones genéticas, y que por lo tanto, nuestros anticuerpos ya no sean efectivos en combatirlo, y por lo tanto tenemos que desarrollar nuevos anticuerpos. Un virus podrá sufrir mutaciones genéticas, pero sigue siendo virus. No se convierte jamás en alguna especia viva.
6- Las bacterias también pueden sufrir mutaciones genéticas, algunas de las cuales pueden hacerlas más resistentes a ciertos antibióticos. Por ejemplo, es posible que una bacteria sufra una mutación en una región del ADN o ARN que un antibiótico específico atacaba. La mutación pudiera volver inefectivo a dicho antibiótico, por lo que se necesitaría un nuevo antibiótico para atacar la bacteria. Pero eso no prueba Evolución. La bacteria sigue siendo bacteria, sin desarrollar ningún órgano ni sistema complejo nuevo.
Si Evolución ocurrió a través de mutaciones genéticas y selección natural, ¿por qué no la vemos ocurrir ahora? Los evolucionistas dicen que ocurre demasiado lenta y gradualmente como para ser notada durante nuestras vidas. Entonces, ¿por qué no vemos especies en transición en el registro fósil?
Los mismos evolucionistas reconocen que no hay especies en transición en el registro fósil. Por esa razón algunos evolucionistas han propuesto hipótesis alternativas al Neo-Darwinismo, hipótesis que asumen cambios radicales abruptos no graduales. Esta variedad del Darwinismo, el Post-Neo-Darwinismo es otra hipótesis totalmente en desacuerdo con la evidencia natural tal como lo trataremos en un artículo posterior.
Cuando el ser humano insiste en vivir en oscuridad, su corazón se vuelve necio y sus razonamientos se vuelven vanos. Tal como escribió el apóstol Pablo en su carta a los romanos:
“Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles (i.e.: de Dios), su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.
Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios”
Romanos 1:20-22
Nota: Esta artículo ha sido extraído y adaptado para esta publicación de la sección “Darwinismo y Otras Hipótesis” del libro “Génesis: El Origen del Cosmos y la Vida” por Jaime Simán © 2015 Jaime Simán. Las Escrituras Bíblicas fueron citadas de La Biblia de Las Américas. ©1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation. Usadas con permiso.